Aunque te sientas presionado por todos lados, recuerda que no estás aplastado. La fuerza que hay en ti no es tuya, sino de Dios, y Él no falla.
“Nos vemos acosados de toda suerte de tribulaciones, pero no por eso perdemos el ánimo; nos hallamos en grandes apuros, mas no desesperados, o sin recursos; somos perseguidos, mas no abandonados; abatidos, mas no enteramente perdidos.” (2 Corintios 4:8-9)
“Si caes, levántate. Si vuelves a caer, levántate otra vez. Sólo no abandones a tu Médico, no sea que seas condenado… Espera en Él, y será misericordioso, ya sea reformándote, o enviándote pruebas.”
(San Pedro de Damasco, en la Filocalía)
“Hermanos míos, haced todo lo que esté en vuestro poder para no caer, porque el atleta fuerte no debería caer; pero si caéis, levantaos de inmediato y continuad el combate. Incluso si caéis mil veces por la retirada de la gracia divina, levantaos cada vez… ‘el justo cae siete veces, y vuelve a levantarse’ (Prov. 24:16).”
(San Juan de Kárpatos)
Que este día te traiga un valor renovado y una calma perseverante. Que Dios te bendiga.
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