La Urgencia de la Verdad Divina

“Quedó sin habla el pueblo mío porque se hallaba falto de la ciencia de la salud. Por haber tú desechado la ciencia, yo te desecharé a ti, para que no ejerzas mi sacerdocio; y pues olvidaste la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.” (Oseas 4:6)

Vivimos en una era de abundancia material pero de extrema pobreza espiritual. Es la misma preocupación que expresó el Profeta Amós. “He aquí que viene el tiempo, dice el Señor, en que yo enviaré hambre sobre la tierra; no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra del Señor.” (Amós 8:11) Nuestro Señor Jesucristo dijo, “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios.”

El alma, como el cuerpo, desfallece sin sustento. Y el alimento del alma no son las emociones religiosas ni las experiencias pasajeras, sino la verdad revelada, la Palabra viviente que da luz al interior del ser humano. Que cada uno de nosotros busque, en humildad y constancia, el alimento espiritual que nutre el alma y nos prepara para la eternidad. Que no nos falte nunca la mesa sagrada donde se sirve la Luz.

This entry was posted in Blog. Bookmark the permalink.

Comments are closed.