Lectura: Sabiduría de Sirácida 19–20; Salmo 70:1–13; Proverbios 14:21–25; 2 Corintios 11:1–15
Sabiduría de Sirácida 19–20
Estos capítulos advierten contra la superficialidad y la insensatez en el hablar. Enseñan que la lengua puede levantar o destruir, y que la discreción es una señal de sabiduría. En la vida diaria, esto nos invita a hablar con prudencia, evitando rumores y palabras vacías. También se nos recuerda que la paciencia y la moderación son virtudes que preservan la paz y fortalecen las relaciones humanas.
Salmo 70:1–13
Este salmo es una súplica urgente de liberación. El salmista clama para que Dios venga pronto en su auxilio y no permita que los enemigos triunfen. Hoy podemos aplicarlo cuando nos sentimos acosados por preocupaciones o injusticias, aprendiendo a dirigir nuestras súplicas a Dios con confianza. Nos enseña también a perseverar en la fe aun en la vejez y en la debilidad, sabiendo que Dios sigue siendo nuestro sostén.
Proverbios 14:21–25
Aquí se destaca la importancia de la bondad y de la honestidad. Quien desprecia a su prójimo peca, pero quien muestra misericordia es dichoso. La justicia y la verdad traen seguridad, mientras que la falsedad conduce al error. En el mundo actual, estos versículos nos llaman a practicar la compasión, a hablar con integridad y a valorar la vida recta por encima de las ventajas fáciles.
2 Corintios 11:1–15
San Pablo expresa aquí su celo pastoral, defendiendo a la comunidad contra los falsos apóstoles que se presentan como mensajeros de justicia. Subraya que el verdadero servicio a Cristo no se mide en apariencia, sino en fidelidad, sacrificio y verdad. Para nosotros hoy, esto significa estar atentos a las enseñanzas que recibimos, discerniendo con cuidado y permaneciendo firmes en la sencillez de Cristo. También nos recuerda que no todo lo que brilla es de Dios, y que la autenticidad en la fe se reconoce en la humildad y la obediencia.
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